La lucha contra las medidas antiobreras y antipopulares
Comenzamos este nuevo curso político en
el marco de una ya desarrollada ofensiva contra los derechos de la clase
obrera a todos los niveles. Las diferentes baterías de medidas
antiobreras y antipopulares ejecutadas por los diferentes gobiernos al
servicio de la oligarquía financiera, se plasmarán de manera más que
notable en el plano de la educación y la enseñanza. En su sed insaciable
por frenar la caída de su ganancia debido a la crisis de
superproducción que ellos mismos han generado, los empresarios y
banqueros no han dudado ni dudarán en recortar todo tipo de ayudas,
becas, prestaciones o cualquier forma de salario indirecto que revierta
en beneficio de la clase trabajadora.
El anterior curso académico estuvo
marcado por la lucha defensiva de miles de estudiantes de clase obrera y
extracción popular, así como de diferentes trabajadores del sector de
la enseñanza (fueran personal docente o no docente), por frenar las
diferentes medidas: la subida de las tasas para acceder a diferentes
niveles de enseñanza, el recorte de las diferentes becas y ayudas al
estudio, el empeoramiento de las condiciones laborales de diferentes
sectores de trabajadores relacionados, la expulsión por diferentes vías
del profesorado y personal no docente al desempleo, la consecuente
masificación de las aulas de estudio, la privatización de diferentes
servicios necesarios para la comunidad educativa, etc. Estas luchas
expresaron el anhelo de toda la clase obrera por defender los derechos
que años atrás, en pie de lucha, habían conseguido. Sin embargo las
mismas se han demostrado insuficientes y ahora al comienzo del nuevo
curso académico vemos no sólo cómo no han sido frenadas, sino que además
empiezan a aplicarse de manera íntegra. Las consecuencias serán ahora
más que evidentes.
Las medidas de la oligarquía aceleran la elitización de la universidad
Estas consecuencias se notarán
rápidamente. El proceso de elitización que la oligarquía lleva
desarrollando durante los últimos años, con la implantación de medidas
como el Plan Bolonia o la preparación de la Estrategia Universidad 2015,
se ve drásticamente acelerado con las medidas que la oligarquía utiliza
para buscar una salida dentro del capitalismo a la actual crisis
estructural que está sufriendo. Las diferentes medidas aplicadas
expulsan a grandes capas de la clase obrera de la enseñanza
universitaria y restringen el acceso a los módulos de formación
profesional para intentar así frenar la masificación de esta modalidad.
El número de estudiantes que accedían a
la enseñanza universitaria había crecido a partir del comienzo de la
crisis económica debido a que muchos jóvenes que no podían acceder a un
trabajo debido a la situación económica que se desarrollaba buscaban
ampliar su formación. En esta lógica de 1.498.465 matriculados en la
enseñanza universitaria 2007/2008 se ascendió a 1.633.183 matriculados
en el curso en el curso 2010/2011. Por otro lado unos 568.962 alumnos se
matricularon en el curso 2010-2011 en la enseñanza de formación
profesional (representando esta cifra un aumento del 6,4% respecto al
año anterior), estando de los mismos un 49% cursando un grado medio y un
45% un grado superior. La lógica de los jóvenes trabajadores y de
extracción popular ante la tentativa de no encontrar empleo era
aprovechar para mejorar su formación; sin embargo la oligarquía, en su
sed de recuperar la ganancia perdida con la crisis, pondría en marcha
las diferentes medidas antiobreras anteriormente descritas. El aumento
de las tasas universitarias a una media de un 66% (variando en función
de cada comunidad autónoma y según sea la primera, la segunda o la
tercera matriculación), la reducción presupuestaria de 166 millones de
euros destinados a diferentes becas y ayudas o el considerable aumento
del coste de inscripción en los módulos de formación profesional
(llegando a superar los 300 euros en varias comunidades autónomas).
Las diferentes medidas aceleran en muy
poco tiempo el proceso de elitización de la enseñanza. Todos los jóvenes
de clase obrera y extracción popular que buscaban un refugio en la
educación pública ante la imposibilidad de encontrar trabajo, se
encuentran ahora con grandes dificultades para acceder a la universidad y
a la formación profesional. La oligarquía, demostrando la ineficacia
del capitalismo en crisis, expulsa a estos jóvenes de las aulas para
enviarlos hacia un futuro sin oportunidades laborales, un futuro de
paro. Al cerrar las puertas de las aulas, éstos se ven obligados a
buscar empleo en los centros de trabajo; lo cual supone un beneficio
para los empresarios ya que así podrán empeorar las condiciones
laborales del conjunto de la clase obrera para aumentar la explotación
(“Si no aceptas las condiciones que te pongo, vendrá otro como tú o
mejor que tú para cubrir tu puesto”).
Mientras tanto, el dinero que han
arrancado a toda la clase obrera en forma de reducción de becas, aumento
de tasas, privatización de diferentes servicios y otras tantas medidas,
pasa a disposición del conjunto de los oligarcas a través del Estado,
utilizándolo para rescatar sus bancos, mejorar la posición de sus
compañías y perfeccionar las herramientas de represión ante posibles
protestas.
¿Es necesario que recordemos quién sale finalmente ganando?
Pasar de la defensa al
contraataque. De la resistencia contra las medidas concretas a la gran
batalla por construir otra sociedad
Las medidas de la oligarquía para
recuperar su ganancia atacan directamente al conjunto de la clase
trabajadora. Tras las luchas parciales por tal o cual derecho, por tal o
cual mejora, se esconde una gran batalla de la clase trabajadora por
mejorar sus condiciones de vida frente a una la clase burguesa que
aspira a aumentar su ganancia a costa del trabajo gratuito de la clase
explotada. La resolución de este conflicto sólo puede avanzar en dos
direcciones: o bien el sostenimiento de la dictadura capitalista,
fundada sobre la explotación de los trabajadores, o bien la construcción
de las bases del nuevo poder obrero y popular que acabe con la tiranía
actual y construya una nueva sociedad dónde las trabajadoras y los
trabajadores gestionen la economía según sus intereses y mediante sus
propios órganos de decisión.
Cualquier lucha parcial que intente
obviar este contexto general estará abocado a una derrota estrepitosa.
Las condiciones de vida de la clase obrera y los sectores populares no
van a mejorar dentro del capitalismo.
La dinámica defensiva del movimiento
estudiantil se muestra insuficiente. Las diferentes formas de
resistencia que se articulen no pueden quedar en un simple rechazo a tal
o cual medida, sino partir de la denuncia de la misma para señalar el
carácter antiobrero y antipopular del sistema capitalista. Por eso mismo
no basta con hacer oposición, hay que señalarlas, explicarlas, entender
que la raíz de la misma se encuentra en el corazón del propio
capitalismo y aprovechar la lucha parcial para organizar a las
compañeras y compañeros en estructuras que permitan una larga
movilización sostenida por el fin de la explotación y opresión
capitalistas.
Por ello mismo desde los Colectivos de
Jóvenes Comunistas apostamos por construir estas bases del poder obrero y
popular en los diferentes centros de estudio. En primer lugar,
impulsando las asociaciones y colectivos estudiantiles desde los cuales
promover asambleas masivas de estudiantes que sirvan como herramienta
para el conjunto del estudiantado. En segundo lugar, avanzando hacia la
consolidación de una estructura sindical estudiantil única a nivel de
toda España que unifique las luchas de todos los territorios y todas las
modalidades educativas. Y, en tercer lugar, trazando un sólido vínculo
entre las luchas de la juventud estudiante y los trabajadores en los
diferentes centros. Las luchas no podrán triunfar si los estudiantes se
separan de los trabajadores.
La unidad en los centros de estudios de
toda la clase obrera (estudie o trabaje) es la clave para la victoria en
las diferentes luchas. La articulación del Frente Obrero y Popular por
el Socialismo es garantía de unidad entre las diferentes luchas
parciales y concretas que se desarrollan; la articulación del Frente
Obrero y Popular por el Socialismo es necesidad para la clase obrera si
quiere salir victoriosa.
Comité Central de los Colectivos de Jóvenes Comunistas
Septiembre de 2012
Septiembre de 2012